Los educadores siempre estamos pendientes del otro, que le pueda pasar, como ayudarle... y muchas veces somos nosotros los que nos descuidamos de nosotros mismos y ese descuido lleva a que no podamos realizar satisfactoriamente nuestro trabajo. Todo educador tiene que tener un kit, una especie de botiquín con todas la herramientas y "medicinas" para el tratamiento propio. Hay que ser mas conscientes de nuestras limitaciones y nuestras potencialidades logrando un equilibrio entre estas, sabiendo que en la medida que estemos mejor, podremos acompañar mejor al que atendemos.
En este curso he aprendido a como enfrentarme a situaciones estresantes, el valor de reconocerse como persona vulnerable, la autenticidad como credencial, una habilidades en la relación y la comunicacion, el acompañamiento consciente, la importancia del contacto...
Desde aquí hago un llamamiento a todos los educadores: "antes de cuidar a los demás cuidemonos a nosotros mismos, sino nuestro trabajo no sera como queremos".
Adri.
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